jueves, 17 de abril de 2008

la calle


La noche despertaba junto al amanecer de la oscuridad, ya hacía un rato que se preparaba para trabajar. Un día tras otro, no se podía permitir un descanso, el dinero no le daba para mucho más que algo de comer, un poco de ropa y para pagar el piso.

Vagaba por las calles, corta de ropa y excesiva de maquillaje. Sus compañeras de trabajo no hacían más que competir, se acercaban insinuantes a los coches esperando ser las elegidas, esperando a tener algo para el hijo inesperado o para pagar las deudas que se amontonaban.

Cada noche era lo mismo, una expresión de seguridad en la cara, y de tristeza, fragilidad y melancolía en el interior, una mascara, que si quería sobrevivir, no se podía quitar.

Ya desde pequeña se crió en este ambiente, veía a su madre desaparecer todas las noches y volver a la mañana siguiente. Tan pronto se formó tuvo que seguir el mismo camino, la calle. Siguió su mismo ejemplo, el tiempo de dormir se convirtió en el de trabajar, la esperanza de amar y ser amada disminuya en todas las tristes almas que deambulaban a la luz de la oscuridad.

1 comentario:

Gise =) dijo...

Me encanta como escribes porque eres capaz de describir sensaciones y sentimientos de una manera admirable.
Besikis petita!!!!!! Eres genial!!!