viernes, 16 de mayo de 2008

Mi hijo

Tuve mi primer hijo entre los 3 y los 5 años, no lo recuerdo con exactitud, el hecho es que era muy pequeña. Lo encontré entre tierra y plantas en el jardín de la casa familiar (de mis abuelos) en Menorca. Pobrecito, lo que le esperaba!

Toda feliz corrí a buscar una caja para convertirla en “su casa”. Me dieron la típica caja de puros de mi abuelo, ¡había miles de iguales en todas partes! La casita que le construí era básicamente lechuga, trozos y trozos de lechuga puestos por toda esa minúscula superficie. Me imaginó que me debí pasar tiempo observando al pequeño bicho que por falta de extremidades se iba deslizando entre verde.

Hasta ahora lo explicado son suposiciones pero el desenlace lo recuerdo perfectamente.

Incomprensiblemente cogí mucho cariño a ese cuc. El día siguiente, toda feliz fui a verlo y para mi desgracia ya no estaba, debió ir donde quieran que vayan los gusanos al morir. Su muerte pudo serlo todo menos agradable, yo me había preocupado de que estuviera bien alimentado pero me falto pensar en que también necesitaba oxigeno, pues en la horrible caja no había ni un solo agujero. Además, el pobre, murió con el terrible i fuerte aroma a puros.

Me afectó, y mucho. Estaba yo con la caja en las manos, en el patio, detrás de un horno raro parecido a un pozo y en frente de toda mi familia. Empecé a llorar y a llorar, de mis ojos caían lagrimones sin parar, y como he dicho antes, mi familia en frente, mirándome y para mi sorpresa, riendo. Su risa para mi era incomprensible! Como eran capaces de reír ante semejante situación! Mi hijo había muerto y yo claramente lo di a entender, ya que entre sollozos iba exclamando “¡Era mi hijo! ¡Era mi hijo!” y de vez en cuando preguntaba la razón de la risa de los que me rodeaban.

Aquello se convirtió en un concierto de carcajadas y llanto. Pobre gusano. ¡Que madre le tocó!

7 comentarios:

Lilian dijo...

He llegado aca porque Gise te recomendo y mucho ... Y tiene razon, tu historia es tan tierna y conmovedora, lindo post :)
Saludos!

Gise =) dijo...

Pequeña como es eso qeu se reian de vos!!!! vaya que desalmados podemos ser los adultos ante la mirada de un niño en algunas situaciones. Aunque tu primer hijo haya muerto de asficcia al menos no sufrió tanto como el hijo de mi primo un hamster que despues de haberse roto su jaula de cristal temino durmiendo en el armario, del piso que alquilaban en la costa argentina mis padres y mis tios, yo al abrir el armario y ver que algo salia corriendo di un portazo que termino partiendo al medio la columna del pobre animal. Ahora me causa gracia recordar como movia las patas delanteras en una direccion y als traceras en otra, ese dia no sabia donde meterme. Mi primo casi me mata, no paraba de gritarme " me lo mataste"
Que feo =(
Besikis y buen fin de semana peque!!!

rie sin razón dijo...

Lilian: grácias por pasarte!! me alegro que te haya gustado la historia, la verdad es que esta siempre me ha acompañado, mi gusano no sera olvidado hehe
Besos, intentare pasarme algun dia con calma!

Gise:Veo que mi gusanito con aroma a puro tuvo más suerte de lo que creía! hehe Pobre hamster!! que muerte le tocó!! No me extraña la reacción de tu primo!
Muchos besos!:)

Anónimo dijo...

he sentit aquesta història més d'un cop explicada per tu. La veritat es que té el seu què, i que saps com escriure-ho. Aquí estic jo, entre el Miguel Hernández y la poseía de los años cuarenta. I aquí estic jo. Ai Maria...

Anónimo dijo...

I sóc la Sara la del anonimo, senzillament pq no m'enrecordo del meu nom/contrasenya xD

Gastón Martorelli dijo...

Los mayores, al Principito de Saint-Exupery, le han cortado una magnífica carrera de pintor.

¿Puede que, en tu caso, los mayores te hayan quitado la posibilidad de ser una buena madre, como te lo reprochas?

Una historia sencilla, tierna y cotidiana, como toda gran historia. Me ha gustado mucho pasar de nuevo por este blog.

Abrazo fuerte
Gastón

www.el-colectivo-imaginario.blogspot.com

el objeto a dijo...

sí, esta historia está llena de lo terrible y mágico de ser un niño, y aunque uno deje de serlo con el tiempo, lo bueno es poder volver ahí, con los recuerdos, y poder recuperar algo de lo sentido,

qué horror con ese olor a puros! y esos lagrimones que nadie conseguía parar!

bonita historia