domingo, 9 de marzo de 2008

Nos incitan a perder la esperanza

Me considero una persona optimista, llena de expectativas i de ganas. Creo en la vida y a veces en la humanidad. Pero a menudo me impiden hacerlo. Me quitan, cada vez, un poquito de la esperanza que tengo puesta en el ser humano. Me hacen replantearme mis opiniones y aun que sea solo por unos minutos, pierdo toda expectativa.

Esta pérdida de confianza en el mundo, se debe a lo que oigo cada día, tanto dicho por conocidos y amigos, como escuchado en la televisión. Tremendas barbaridades que inundan la sociedad de violencia e inseguridad. Otros acontecimientos mucho menos atroces, pero que a pesar de ello impresionan, además suceden en todas partes.

Acontecimientos protagonizados por personas, que por fuerza, tienen problemas psicológicos.

Para poner algún ejemplo de algún suceso que te hace encoger el corazón y replantearte la fe en el ser humano, no hace falta ir mucho tiempo atrás. Hace dos días, el asesinato de un ex concejal, Isaías Carrasco. No puedo opinar de su posición respecto a la política ni mucho menos, ya que antes no había oído hablar. Pero esto es relevante, su posición política no justifica a nadie el acabar con su vida, cosa ya espantosa, pero no dispuestos a conformarse con la maldad del acto y el asombro y horror de la gente que paseaba tranquilamente, deciden hacerlo frente a su mujer y su hija.

Y en realidad, algo que si lo piensas entristece aún más, es que este atentando de ETA, a parte, de ser uno más de muchos, ha sido leve comparado con otros. Y si lo comparamos respecto a otras calamidades inimaginables que suceden todos los días, el asesinato de hace dos días, es una simple fechoría. Es esto, lo más triste, que hay gente que desearía morir con tres tiros en la espalda ya que sufren torturas inhumanas e intolerables.

Ahora, dejo a parte los hechos escandalosos que acaban con vidas humanas y me dispongo a hacer un breve comentario sobre los casos de gente estúpida, que te encuentras fácilmente, y para ello, también utilizare un ejemplo. No hace más de una semana, estaba sentada con unos amigos en la calle. Uno de ellos había tenido problemas con una chica, y ésta venía hacía nosotros, con una rubia, mal hablada y con cara de pocos amigos. Mi amiga, durante la conversación, mantuvo un tono adecuado, unas palabras acertadas y siempre con respeto. La rubia fue más bien al contrario, alzo la mano más de diez veces en pocos minutos, utilizó un tono de voz que taladraba el oído, amenazó más de una vez y presumió de ser más mayor. Durante el increíble teatro que estaba presenciando, interiormente me aguantaba las ganas de empezar a reir, eso si, reir por no llorar. Me trague mis pensamientos, pues no quería que el espectáculo se alargara mucho más. Claramente presumia sin motivo, cierto que su edad verdadera era mayor que la nuestra, pero su edad mental¿? Lo dudo. Al acabar su ridículo, que para ella, era como si hubiera triunfado, dijo: "soy nazi".
No entiendo como alguien puede presumir de ello, más que nada, no entiendo como hay gente así. Puede que esta gente, no todos, acaben haciendo tonterías mayores, pero la lástima es que gente tan estúpida no hace falta buscarla, te la puedes encontrar cada día por la calle.


Después de todo este texto, en el que no se si bien o mal, he intentado reflejar, un poco, la estupidez de la gente. Mi reflexión es que aún que haya gente así, aún quedan bastantes personas que escapan a la estupidez. Y por esas personas, prefiero conservar mi esperanza en el hombre y la vida, porque es lo que se dice, la esperanza es lo último que se pierde, y a mi, me queda mucho por perder antes que la esperanza.

5 comentarios:

Gise =) dijo...

Hola llegue acá guiada por Cacho y la verdad aluciné con la forma de escribir que tienes eres genial niña no dejes de hacerlo nunca!!!!
Leer lo que escribes hace pensar que no todo está perdido, que aunque uno vea adolescentes mal educados, bordes, e insolentes; también hay chicas con ideas claras y buenos sentimientos!!!
Besikis!!!

Teresa Casanovas - letraperpleja dijo...

Stop the violence.
Te explicas muy bien.
Conserva la esperanza, como dices también hay gente buena y hay que encontrarla y dejar que te encuentren.

Gastón Martorelli dijo...

Sólo nos queda la esperanza, que aunque es lo último que se pierde, es lo primero a lo cual cuestionamos.
Me recordó a aquel verso que Ismael Serrano le robó a Neruda, que decía que se cansaba de ser hombre ante tanta violencia.
De todos modos, nos queda escribir, soñar y despertar de vez en cuando.

Abrazo fuerte...
Gastón
el-colectivo-imaginario.blogspot.com

Anónimo dijo...

ei aqui ia un altre gisela!!

maria no deixis que res ni ningú et fagi oblidar qui ets ni el que saps ni el que veus, aixo si, pots escoltar els altres i reflexionar jejejeje

un peto anomreeeeeeeeee

P dijo...

Muy interesante. Es bueno saber que hay más gente en el mundo que se toma unos minutos para pensar cómo ser mejor persona.